martes, 1 de enero de 2013

Vamos.

Me estáis sonando a año nuevo, vida nueva y ningún fallo más. Y mirad, no. Hay un límite entre el optimismo y el fanatismo difícil de reconocer, pero los pesimistas tampoco son realistas. Puedo hablar de cosas de este año 2012, o del 2013 o de cosas sin fecha y aún no sé si son malas o buenas, aunque me ría o llore.

    (De histeria o de emoción)


MADRID SIGUE SIENDO BONITO SIN TI.

    Qué digo bonito, precioso.
    Cómo me gusta buscar sonrisas de las verdaderas en gente lejana, como si no hubiera colocado un cartel en el corazón de "prohibido el paso a toda persona ajena a la obra" después del último destrozo. Como si se me olvidara que los proyectiles pueden deshacerme y ríete tú del fin del mundo, y en ese momento descubro que eres catapulta.

    Desde lejos y tirando piedras como castillos.

    Verás, soy demasiado pequeña para mantener todas las cosas bonitas que (te) pienso. O demasiado mayor. O demasiado idiota. Y quizás un poco triste.

    Pero no importa porque la determinación tiene forma de bichitos y ahora son termitas que se están comiendo tu madera, catapulta.

    Soy un cohete emocional.

    Y me estoy deshaciendo de partes que dejan de tener sentido en mi viaje.

    Solo espero no necesitarte cuando me rompa. Lo desearía si fuera una estrella fugaz, pero los deseos a cohetes no funcionan.



PERDER LAS ALAS. Y LA TIERRA.

    Que no nos olvidamos. Eres mi Haiti personal, solo que no podemos reconstruirte.

    Pero no pasa nada porque no querrías. Seguimos adelante y la abuela de los monstruos marinos puede seguir recitándonos con caricias lo que tú decías con palabras.

    Soy una rama que parece frágil de un árbol mucho mayor pero puedo soportar este peso. Y los que vayan llegando.



-NO TE PREOCUPES, AHORA SOLO PUEDE MEJORAR.
-CLARO QUE PUEDE EMPEORAR. PREFIERO PENSAR ASÍ Y LUEGO ALEGRARME QUE PASAR OTRA DESILUSIÓN.

    Pues yo no. Ya no. Estoy muy cansada de todo eso. Quiero castigar a la vida cuando se porta mal, pero dudo que el rincón de pensar le sirva de algo. Ni intentar abofetearla.

    No se pueden controlar las mareas.

    Y sin embargo a veces necesitamos negarla a gritos tanto como la necesitamos. A secas.

    Pero ya, mejorará, y todo sigue y "panta rei" y me rompéis el alma cuando sois pesimistas. No puedo ser feliz por vosotros.

   Y tampoco queréis, si no sonreiríais vosotros.

    He descubierto que soy más optimista de lo que pensaba. Que aunque no puedo mantener la sonrío cuando toco fondo, puedo intentarlo al llorar.

    Lo he conseguido un par de veces. Y que eso no impide que te destroces por dentro, lo sé.



He perdido la fe tantas veces este año que no (os) voy a seguir contando.

Pero tarde o temprano se encuentra.

Feliz año, aunque todo esto sea un juego y ni acaba ni empieza.

Ánimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario